martes, 12 de junio de 2012

Empezar  un nuevo día.
   No hay nada más placentero que dormir y ,como a mucha gente, a mi me encanta. Pero normalmente en nuestra vida cotidiana solemos madrugar, y yo le he buscado su parte más positiva.
    Suena el despertador las 7h de la mañana. Me siento una privilegiada por entrar a las 9,30 a trabajar, pero desde que he buscado mi momento, me encanta madrugar.
    Hago un poquito de pereza. Eso me viene desde niña. Me estiro y por unos segundos pienso: ¡Me encantaría quedarme un poquito más¡. Pero enseguida salto de la cama, me voy al baño, mi querido baño,¡mi tesoro!. No lo tengo que compartir con nadie, pues el resto de mi familia se levantan una hora más tarde, así que es todo para mi.
.Me meto en un mundo de olores. Soy una fanática de los olores, mi gel, de vainilla , de coco...depende. Puedes cambiar la crema del cuerpo, la de la cara... todo un ritual que te permite, que ya por la mañana veas la vida de otra manera, y sobre todo disfrutar de un poquito de intimidad
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     Sales de la ducha. Tu albornoz y te dispones a ir a la cocina a prepararte lo que te va  a poner las pilas para el resto de la mañana. Mi café, mi café con leche, mis tostadas, ese olor que me recuerda a mi niñez,Mi abuela y mi madre eran muy cafeteras, y me transporto a la cocina de mi casa, donde todas las mañanas cuando me llamaba mi madre después de hacerme  un poquito la remolona, me levantaba y el primer olor que me venia era el café de puchero recién hecho, que preparaba mi abuela, y me encantaba. Siento nostalgia.
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      Eso sí. Preparo el desayuno de mi hijo , de  mi marido, como buena anfitriona, el zumo de naranja recién exprimido, el bocadillo, el café con leche corto de café etc...
      Me encanta desayunar en la cocina. Es un gran placer mientras disfrutas de los primeros olores y  sabores de la mañana, mezclados con tus pensamientos del día anterior, de lo que va a ser tu nuevo día, tus reflexiones...., mientras ves la luz tenue del sol que entra por la puerta de la cocina, el pajarito que se posa en el suelo del balcón, el silencio de la mañana, la frescura del día que empieza...
      Así que qué mejor momento que la mañana para disfrutar de esos pequeños placeres que te hacen feliz y mimarte un poquito para empezar con energía positiva.
      Antes de irme entro en los distintos dormitorios y me despido con un beso y ,¡ Arriba perezosos que es la hora¡, y me dirigo a la puerta
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       - ¡Mamá¡¡ ¿Tengo el pantalón, ese que está roto, lavado?
      - ¿Qué me has preparado hoy de bocadillo?
      - ¿Está mi camisa planchada?

Y entonces pienso,mientras se me escapa una sonrisa ,¡Qué gozada es poder madrugar¡. Y empiezo un nuevo día.

1 comentario:

  1. querida amiga, estoy de acuerdo contigo, me encanta cuando es fin de semana y remoloneo un poco en la cama, y sobretodo, si cuando me levanto me han preparado el desayuno... toda la semana levantándome a las 5:10 y deseando que llegue el sábado, se hace duro y más cuando me encanta dormir por las mañanas. Eso si, tiene sus ventajas como dices, la paz y la tranquilidad que se respira en casa, en el camino al trabajo, incluso las canciones que escucho son más tranquilas.
    La mente está más sosegada y esque ver amanecer sigue siendo uno de los momentos más bonitos del día..

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