sábado, 9 de junio de 2012

Ayer, salía de trabajar, y me iba hacia casa. Hacia una tarde de mucho aire, pero el sol pegaba fuerte. Iba caminando pensando que ya era fin de semana y por fin tocaba descansar. Había sido un dura semana.
   De repente miro, y sin apenas darme cuenta me veo dando un abrazo y dos besos a una persona que hacia años no veía, de la cual me habían llegado noticias, pero eran 20 años los que nos separaban en la distancia.
    Una compañera con la que trabajé unos cuantos años en mi primer trabajo. Yo tenia 17 años y ella 23. Fue mucha la alegría de encontrarnos y estuvimos casi cuarenta y cinco minutos hablando de nuestras vidas en medio de un puente y con un aire que se te llevaba, pero daba igual , porque nosotras teníamos mucho que contarnos.
      Tenía 17 años cuando entré por primera vez en aquella tienda. Me habían recomendado unas monjas que tenían mucha amistad con mi madre. Por aquel entonces estaba estudiando, pero debido a una situación precaria en casa, decidí que quería trabajar y así fueron mis comienzos en el mundo laboral. En una tienda de labores como dependienta. Era la más joven, pues tanto los jefes como las empleadas tenían 40 años, exceptuando esta compañera que me encontré.
      Me acuerdo que el primer día que fui acompañada de mi madre. Me pareció un lugar triste y sombrío , pues la tienda tenía muchos años. Era muy antigua. Con el tiempo me acostumbré y hoy en día ,convertida en una cafetería, me da pena que no conservaran algo de los 100 años que tenía. Suelo de madera , lámparas antiguas, un mostrador antiquísimo, como los dueños, pues había pasado de generación en generación. Allí pase unos cuantos años de mi vida, en los que esta compañera fue una persona con la cual me llevaba muy bien pues eramos las dos jóvenes. Ella era muy liberal, moderna, tenia novio, muy hippy., independiente. Yo era más niña, mas ingenua, mas tímida y ella me encantaba. Me ayudó mucho al principio, pues yo estaba bastante perdida. Me convertí en la niña mimada de la tienda, con alguna envidia por parte de las mayores, aunque mis jefes me adoraban. Fueron unos años duros para mi, pues mi madre cayó enferma de cancer y murió.Fue difícil  pero en todo momento me sentí apoyada.
      Crecí muy deprisa interiormente ,y el centrarme en  mi trabajo, en mis estudios y en mi compañera   me ayudaron mucho.
       Han pasado unos cuantos años desde aquello y la vida ha traído de todo y el encontrarla supuso un montón de recuerdos.
        Ella esta cambiada, es más tranquila, más madura, más guapa incluso. La vida, igual que a mi,  también le ha traído sinsabores, pero aquí estamos, una frente a la otra. Hemos crecido interiormente y hemos evolucionado .
         Acabamos sentadas en una terraza , hablando y hablando, como si no hubiera pasado el tiempo. 
 Hoy tengo la sensación de haberme reencontrado con una persona que por aquel entonces fue alguien importante en mi vida y que por circunstancias de la vida pierdes el contacto.
Volveremos a vernos. Quedan muchas cosas de que  hablar, y quizá sea el comienzo de una buena amistad. Esa es la sensación que me ha quedado, y me siento bien.
          Terminamos con un fuerte abrazo y un ¡¡Hasta pronto¡¡Pues queda mucho por compartir!

No hay comentarios:

Publicar un comentario