martes, 27 de noviembre de 2012

  EL ENCUENTRO:                        


 Habían pasado cinco años desde la muerte de su marido y como cada jueves se juntaba con sus amigas en la misma cafetería de la misma Avenida y a la misma hora. Hacia frío  Se sentó en una mesa donde podía observar la calle , la gente pasar. Pidió un café y no se dio cuenta cuanto rato estuvo allí sentada, con sus pensamientos, disfrutando de ese momento . Era pronto, sus amigas se retrasarían  como siempre, así que saco su libro y se puso a leer.
    -Buenos días! . Un café solo por favor.
Levantó la vista. ¡No podía ser!. ¡ Esa cara!.
En un momento sus miradas se encontraron y ambos dos se quedaron fijamente observándose como si el tiempo se hubiese detenido.
- ¡Marina ! ¿Eres tu?
- ¡Pablo! ¡No puede ser!
-¡Cuanto tiempo!-dijo el - ¿Que haces aquí?

- Vivo en esta ciudad, y llevo años tomándome un café, en este sitio...-dijo ella
Se hizo un silencio. Ambos dos se miraban . Tanto tiempo...
- Espero a mis amigas. Siempre nos juntamos aquí.
- Te invito a un café en otro sitio. Tenemos tanto de que hablar...
No dejaban de mirarse. Cuarenta años los distanciaban. Toda una vida y allí estaban, uno frente al otro, como si todo ese tiempo no hubiese pasado.
- Espera. Voy a llamarlas
Salieron a la calle. Quedaba poco para que anocheciera y anduvieron  hasta llegar a un pequeño café situado en el centro de Manhatan.
- ¡No puedo creer que te haya encontrado después de tantos años! -dijo él
- Ni yo. Me parecía imposible. Te vi entrar y pensé ¡ No puede ser él!

Novios de los quince a los veinte y dos. Estudiantes de derecho en la mima facultad. Su primer amor, sus primeros besos, sus primeras caricias.abrazos , confesiones, lloros y alegrías propios de la juventud.Todo termino cuando el se marcho por exigencias de su padre a estudiar a Estados Unidos, donde paso cinco años . Y allí termino su historia.Una gran historia por la que todos apostaban, dado el amor que se procesaban el uno al otro.
El nunca la olvidó. Se casó. Tuvo dos hijos pero al cabo del tiempo vino el desamor  y el engaño. Su mujer lo abandonó  marchándose con su mejor amigo. Para él un duro golpe. No volvió a rehacer su vida.
Ella feliz. Quiso a su marido . Tuvo una hija. Hacía cinco años que tras la larga enfermedad de su esposo quedó viuda.

Después de tanto tiempo y se habían reconocido. Ella aun conservaba esa dulce belleza de la juventud. Pelo blanco, media melena, ojos azules , mirada serena .
Él parecía un gran galán . Con sus sesenta años mantenía todavía un porte elegante. Cabello canoso, ojos caramelo, mirada fría.

Se amaron con toda la pasión de su juventud y ahora la vida los había juntado, en una cafetería , de una Avenida y en un día cualquiera...
Los días que sucedieron conservaron la ilusión, los recuerdos y el amor que años atrás se habían procesado,
Ella parecía una chiquilla ilusionada. Él,  nervioso, deseaba besarla, abrazarla....

Habían quedado para ir al teatro. Llevaban días saliendo juntos. Sus amigas pensaban que estaba loca, pero a ella le daba igual . Disfrutaba de esa relación que la vida le había ofrecido nuevamente.

Se sentía nerviosa. Eligió para la ocasión un vestido negro, algo escotado. Todavía conservaba unos pechos bonitos. Se pintó los labios de rojo. Hacia años que no lo hacia. Se miró al espejo y le gustó lo que vió. A pesar de sus sesenta años percibió que aún era  una mujer atractiva.
Salió a la calle. Él la esperaba. A medida que se iba acercando hacia él sintió un nudo en el estómago. ¡ Le pareció tan guapo! . Los recuerdos se agolparon en su mente y por un instante recordó la primera vez que hicieron el amor. Nunca lo olvidó...

- ¡Estás preciosa Marina!
- ¡ Gracias!. Tu estás muy elegante..
Caminaron cogidos del brazo. Hacía frío  La atrajo hacía él.  Ella rodeó sus brazos en su cintura . Levantó la cara . Lo miró. Él acarició su mejilla y besó levemente sus labios.
Aquella noche se entregaron el uno al otro como dos chiquillos.Se amaron  Se acariciaron y el placer se apodero de ellos.
Se sintió feliz. El amor de su vida estaba allí, entre sus brazos, su preciosa Marina... Durmieron abrazados esa noche y la siguiente.Y la siguiente.
. .
Llovía. Se refugió en la cafetería donde hacia años se tomaba el mejor café de Manhattan. Se sentó en la misma mesa, al lado del gran ventanal donde podía ver la calle, la gente pasar...Pidió su cortado . Tomó un sorbito. Respiró . Era un gran momento. Alguien abrió la puerta y entró. Se giró a mirar quien era. Buscó con la mirada. No lo vió. Habían pasado veinte años . Él no estaba... Ella sí . En la misma cafetería.  A la misma hora y el mismo día.....







                                 

5 comentarios:

  1. Los espacios temporales son los que más tristeza me producen. Recordar cosas bonitas es doloroso, sobre todo cuando sabes que esos momentos no volverán. Son las dos caras de la moneda. Buen relato. Un beso.

    :-)

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  2. María, ¡qué maravilla de historia!
    Bien narrada y cargada de sentimientos, dulzura y amor... Amor que se sostuvo en el tiempo y aguantó la separación.
    Me ha encantado y te felicito.

    Besos y a seguir.

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    1. Gracias Towanda. Siempre es un placer ser visitada por ti y que te gusten mis relatos.Como veras ya salen los comentarios, lo tenia mal configurado y ya lo he soluccionado. Un abrazo y nos vemos pronto

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    2. Me alegro mucho de que ¡por fin! veamos los comentarios y tus respuestas...
      Esto va, María, esto va.

      Un beso muy fuerte.

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